Por Orden Ministerial desde el lunes 24 de marzo el
aeropuerto de Madrid, denominado Barajas por la localidad donde se encuentra,
pasará a llamarse Adolfo Suárez, Madrid-Barajas.
Desde el fallecimiento del ex presidente de Gobierno el
pasado domingo 23 de marzo los distintos cargos políticos y distintas
personalidades se han deshecho en elogios hacia su figura, obviando gran parte de su nefasta
historia política. Estamos asistiendo a un
lavado de cara del sistema de dominación actual a través de una de sus figuras
fetiche de la mal llamada transición. En estos momentos en el que la
legitimación ideológica de la dictadura del capital, en su versión de
democracia burguesa, se ve gravemente afectada, tienen que recurrir a este tipo
de operaciones mediáricas.
Desde joven, Adolfo Suárez, fue mano derecha del falangista
y miembro del Opus Dei Fernando Herrero Tejedor, quien le introdujo en las
estructuras de poder franquistas. Así en 1958 consigue la Secretaría General
del Movimiento. En 1961 pasó a ser Jefe
del Gabinete Técnico del Vicepresidente General. En 1967 es nombrado procurador
de las Cortes en Ávila. En 1968 es el Gobernador Civil de Segovia. En 1969 es
designado Director General del RTVE.
Pero su mayor ascenso llegó en la década de los 70: en 1975
es nombrado Vicesecretario General del Movimiento y también formó parte del
Gobierno de Arias Navarro a la muerte de Franco. Finalmente a finales
de 1975 es nombrado Ministro Secretario General del Movimiento.
No son pocos los lavados de cara que se han intentado hacer
con Suárez; dando a entender que (al
igual que otras figuras como Fraga) su trabajo dentro de las estructuras del
franquismo tenía un objetivo de aperturismo, de destruir desde dentro la
dictadura. Nada más lejos de la realidad, Suárez a la muerte de Franco
declaraba:
“El
paso de los siglos no borrará el eco de su nombre, unido siempre al recuerdo de
una justicia social y un progreso como nunca antes conociera nuestra patria.
Con él logró España ser una, grande y sobre todo libre de cualesquiera fuerzas
extrañas a sus propios designios. La obra de Franco perdurará a través de
las generaciones”. (El Alcázar, 21 de Noviembre de 1.975)"
No puede caber
entonces homenaje alguno a un personaje que fue una figura importante en los
últimos años del franquismo y, por lo tanto, responsable de las miles de
muertes, torturas y persecuciones de este régimen. Quizá la única cualidad de
Suárez fue, al igual que otros tantos, su carácter camaleónico. Saber quitarse
una chaqueta y ponerse otra;
intentando engañar al pueblo para mantenerse en el poder.
El hecho de que
Suárez continuase en altas cuotas de poder tras la muerte de Franco y la mal
llamada transición demuestra que, además de la cualidad camaleónica del
franquista Suárez, el cambio no fue tal y las altas esferas de poder del
franquismo, esa oligarquía, continuaron bajo el velo de la democracia burguesa.
Hoy, con
la crisis general y estructural del capitalismo, el sistema de dominación
monárquico-burgués del estado español tiene serias dificultades para ejercer su
dictadura, y trata de recuperar, a través también de las figuras emblemáticas
de la etapa denominada de La Transición, los modelos de sometimiento y traición contra la clase obrera y los sectores
populares, enfocados desde las políticas de pactos sociales, consensos y demás
artimañas que niegan la lucha de clases. En estos momentos se enaltece al
franquista Suárez, hace unos meses al traidor Carrillo…., los dos, personajes
siniestros para la clase obrera, alagados por toda la cohorte
oligárquico-burguesa encabezada por el Borbón.
Por todo esto los
CJC Madrid reivindicamos nuestro pasado más reciente y denunciamos el lavado de
cara que intentan hacerle al recientemente fallecido Suárez. Figura destacada
de los últimos años del franquismo, con cargos dentro de estructuras claramente
falangistas, seguidor del régimen, no es una figura que el pueblo trabajador
deba rendir homenaje ni estar orgulloso.
Por eso
mismo, no queremos que al aeropuerto de nuestra región le sea asignado el
nombre de este insigne hombre, mientras la memoria de tantos y tantas
luchadores antifranquistas es todavía pisoteada.
¡Madrid Barajas no honrará la memoria de ningún
fascista!
¡No al cambio de nombre de nuestro aeropuerto!
¡Adolfo Suárez, ni olvidamos, ni perdonamos!
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