martes, 25 de marzo de 2014

El aeropuerto de Barajas cambia su nombre por Adolfo Suárez

Por Orden Ministerial desde el lunes 24 de marzo el aeropuerto de Madrid, denominado Barajas por la localidad donde se encuentra, pasará a llamarse Adolfo Suárez, Madrid-Barajas.

Desde el fallecimiento del ex presidente de Gobierno el pasado domingo 23 de marzo los distintos cargos políticos y distintas personalidades se han deshecho en elogios hacia su figura, obviando gran parte de su nefasta historia política. Estamos asistiendo a un lavado de cara del sistema de dominación actual a través de una de sus figuras fetiche de la mal llamada transición. En estos momentos en el que la legitimación ideológica de la dictadura del capital, en su versión de democracia burguesa, se ve gravemente afectada, tienen que recurrir a este tipo de operaciones mediáricas.

Desde joven, Adolfo Suárez, fue mano derecha del falangista y miembro del Opus Dei Fernando Herrero Tejedor, quien le introdujo en las estructuras de poder franquistas. Así en 1958 consigue la Secretaría General del Movimiento. En 1961  pasó a ser Jefe del Gabinete Técnico del Vicepresidente General. En 1967 es nombrado procurador de las Cortes en Ávila. En 1968 es el Gobernador Civil de Segovia. En 1969 es designado Director General del RTVE.

Pero su mayor ascenso llegó en la década de los 70: en 1975 es nombrado Vicesecretario General del Movimiento y también formó parte del Gobierno de Arias Navarro a la muerte de Franco. Finalmente a finales de 1975 es nombrado Ministro Secretario General del Movimiento.

No son pocos los lavados de cara que se han intentado hacer con Suárez; dando a entender que (al igual que otras figuras como Fraga) su trabajo dentro de las estructuras del franquismo tenía un objetivo de aperturismo, de destruir desde dentro la dictadura. Nada más lejos de la realidad, Suárez a la muerte de Franco declaraba:

“El paso de los siglos no borrará el eco de su nombre, unido siempre al recuerdo de una justicia social y un progreso como nunca antes conociera nuestra patria. Con él logró España ser una, grande y sobre todo libre de cualesquiera fuerzas extrañas a sus propios designios. La obra de Franco perdurará a través de las generaciones”. (El Alcázar, 21 de Noviembre de 1.975)"

No puede caber entonces homenaje alguno a un personaje que fue una figura importante en los últimos años del franquismo y, por lo tanto, responsable de las miles de muertes, torturas y persecuciones de este régimen. Quizá la única cualidad de Suárez fue, al igual que otros tantos, su carácter camaleónico. Saber quitarse una chaqueta y ponerse otra; intentando engañar al pueblo para mantenerse en el poder.

El hecho de que Suárez continuase en altas cuotas de poder tras la muerte de Franco y la mal llamada transición demuestra que, además de la cualidad camaleónica del franquista Suárez, el cambio no fue tal y las altas esferas de poder del franquismo, esa oligarquía, continuaron bajo el velo de la democracia burguesa.

Hoy, con la crisis general y estructural del capitalismo, el sistema de dominación monárquico-burgués del estado español tiene serias dificultades para ejercer su dictadura, y trata de recuperar, a través también de las figuras emblemáticas de la etapa denominada de La Transición, los modelos de sometimiento y traición  contra la clase obrera y los sectores populares, enfocados desde las políticas de pactos sociales, consensos y demás artimañas que niegan la lucha de clases. En estos momentos se enaltece al franquista Suárez, hace unos meses al traidor Carrillo…., los dos, personajes siniestros para la clase obrera, alagados por toda la cohorte oligárquico-burguesa encabezada por el Borbón.

Por todo esto los CJC Madrid reivindicamos nuestro pasado más reciente y denunciamos el lavado de cara que intentan hacerle al recientemente fallecido Suárez. Figura destacada de los últimos años del franquismo, con cargos dentro de estructuras claramente falangistas, seguidor del régimen, no es una figura que el pueblo trabajador deba rendir homenaje ni estar orgulloso.

Por eso mismo, no queremos que al aeropuerto de nuestra región le sea asignado el nombre de este insigne hombre, mientras la memoria de tantos y tantas luchadores antifranquistas es todavía pisoteada.


¡Madrid Barajas no honrará la memoria de ningún fascista!
¡No al cambio de nombre de nuestro aeropuerto!
¡Adolfo Suárez, ni olvidamos, ni perdonamos!


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