Como cada 31 de enero se viene celebrando en Madrid la San
Silvestre Vallecana, carrera que cuenta con un recorrido de 10 km y que pasa
por puntos emblemáticos de la capital como la Cibeles, la Puerta de Alcalá o el
barrio obrero de Vallecas. Fundada hace medio siglo, la San Silvestre ofrece un
espacio deportivo para que todo tipo de corredores –desde los más jóvenes e
inexpertos hasta los más viejos y veteranos– puedan disfrutar de una jornada de
deporte por las calles de Madrid.
Pero más allá del folclore y el sentimentalismo con el que algunos reciben cada año la mítica carrera la realidad es bien distinta. Allá por la década de los sesenta cuando se fundó, la San Silvestre era una carrera popular que pretendía teñir los barrios del color del deporte, hacer de lo que ahora se conoce como “running” una tradición para los madrileños. En la actualidad su significado ha cambiado, las empresas la inundan y de carrera popular ha pasado a macroevento deportivo en el que las marcas patrocinadoras sacan beneficios inmensos año tras año.
Con precios abusivos por los dorsales (de 20 euros en adelante) y
cada año mayor aglomeración de corredores, la San Silvestre se ha transformado
en todo lo contrario a lo que pretendía ser. Año tras año se demuestra como grandes
monopolios (Nike, Citroen, Ibercaja) eclipsan lo popular tornándolo en
ganancias y una amalgama de siglas patrocinadoras, prueba de ello es que si
entramos en la página oficial de la San Silvestre (https://www.sansilvestrevallecana.com/)
se nos redirecciona automáticamente a la página https://www.nike.com/es/es_es/c/running/we-run-madrid,
donde la empresa Nike ha rebautizado la San Silvestre Vallecana 2014 con el
nombre de “We Run Mad”, perdiendo la poca esencia popular que aún mantenía la
competición.
Los Colectivos de Jóvenes Comunistas nos
posicionamos en contra de todo este proceso privatizador que viene sufriendo
desde hace varios años (y que con la crisis capitalista se ha agravado) el
deporte. La cuestión estriba principalmente en que la privatización perjudica a
la clase trabajadora, a los deportistas de extracción popular que no pueden
practicar deporte por el alto precio de un equipo básico, unas instalaciones
adecuadas… si queremos que la clase obrera desarrolle unos valores deportivos
fuertes debemos fomentar el deporte popular, un deporte de masas que sea capaz
de llegar a todos los barrios y que los jóvenes puedan utilizar para explotar
sus capacidades físicas al máximo.
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