Pese a que el pasado jueves
asistimos a esta sentencia, desde el PCPE y los CJC hacemos un serio
llamamiento a "leer la letra pequeña". El motivo principal
que esgrime la sentencia es que es un cambio de modelo de tal
profundidad que en caso de que en cualquier instancia se tirase
definitivamente para atrás el plan privatizador, a efectos prácticos
ya sería irreversible.
Debemos aprovechar esta
sentencia de suspensión como un balón de oxígeno, para tomar aire,
recargar las energías, aumentar nuestro grado de organización y
elevar los niveles de combatividad, para que cuando el Gobierno de la
Comunidad de Madrid vuelva a la carga, no sean los tribunales quienes
decidan, si no los y las trabajadores del Servicio Público de Salud
y el resto de la clase obrera y los sectores populares madrileños
quienes tumben cualquier iniciativa de arrebatarnos los servicios
públicos conquistados.
Por lo tanto, a pesar de haber
logrado esta pírrica victoria, instamos a las centrales sindicales
presentes en la Sanidad Madrileña a centrar sus esfuerzos en
organizar desde la base a los trabajadores, en cada centro de salud,
de especialidades y hospital, en lugar de volcar sus recursos humanos
y económicos en batallas en los tribunales burgueses.
¡La Sanidad Pública no se
vende, se defiende!
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